sábado, 6 de febrero de 2016

Instalación realizada por el alumnado del ámbito práctico (4º de ESO) para el Ágora del IES Chaves Nogales

A finales del curso pasado, los libros volaron en el Chaves Nogales. Y no se quedó en una simple metáfora. La profesora María Mercado, con libros desechados del primer expurgo de la biblioteca decoró el techo de la galería central del centro. El resultado fue tan curioso, sorprendente y divertido como fugaz. No, los libros voladores no terminaron por escaparse. Tampoco nadie los robó (tratándose de libros, tendría casi mérito). Simplemente hacían sonar la alarma volumétrica de la que dispone la seguridad del centro, y eran motivo de constante desvelo para el equipo directivo.

Ahora, María Mercado y su alumnado del ámbito práctico 4º de ESO han retomado la idea para regalar esta instalación, preciosa, a toda la comunidad de Chaves Nogales. Son de alabar estas iniciativas que al buen gusto y a la sensibilidad le suman una intención didáctica y un ofrecimiento de colaboración, en  un tiempo en que cada vez resulta más difícil compaginar los distintos ritmos de las materias, la enorme cantidad de alumnado y profesorado, la falta de tiempo, etc. 

Sirva, pues, este post para agradecer a María y sus chicos y chicas el gesto tan generoso y bonito que han tenido con el Ágora del IES Chaves Nogales.

Una última nota: no os preocupéis por los libros. Sugerir la lectura de otro, despertar la curiosidad y proporcionar belleza al entorno es uno de los mejores finales que un puñado de libros viejos pudiera desear, independientemente de la veneración que podamos sentir siempre por el libro como símbolo, aunque sea viejo.